CAPITULO 18-ALGO INESPERADO

BELLA PVO
Mi padre y yo a pesar de no ser muy emotivos que digamos. Nos entendemos bien.
La disculpa fue corta y sincera de ambas partes.
Me sentìa con nuevos ànimos hoy.
Ràpidamente me arregle.
Al no haber secado debidamente mi cabello anoche, hoy era un caso perdido.
Asì que sin pensarlo demasiado, solo lo recogì en una coleta.
Al bajar a la cocina Jacob ya se encontraba con Charlie mordisqueàndo un pan con mermelada.
-Hola Jake, no te oì llegar-Dije sorprendida.
-Buenos dìas Bella, Charlie me abriò.Por lo visto la terapia esta funcinando muy bien-Dijo guiñandole un ojo a mi padre.
No sabìa que cosa se traìan entre manos, y no querìa ni pensarlo.
Asì que cambie de tema.
-Bueno, estoy lista ¿nos vamos?
-Claro, nos vemos luego Charlie-se despidio alegre.

Jacob actuaba como si nada hubiera pasado anoche, incluso tarareaba la canciòn en la radio.
Al llegar a la escuela, se detuvo y con mirada observadora estudio todo el estacionamiento.
-¿buscas a alguièn?-preguntè
-No sòlo querìa asegurarme de que no estuvieras sola en el colegio, ya sabes aùn es temprano.
La respuesta de Jacob me daba la certeza de que era solo una verdad a medias.
-No te preocupes, ya deben de haber llegado unos cuantos compañeros y mira esta llegando en estos momentos la secretaria.
Dije señalando a la chica Stanley.
Hoy a pesar de la tenue llovizna traìa una corta falda rosa chillòn y botas con tacòn.
-Bueno entonces te dejò,¿a las 5 te recojo?-Preguntaba suspirando.
-No quiero molestarte, no tengo problemas con tomar el autobus, no queda muy lejos la casa de Charlie-Respondìa tranquila.
-Bella...ya te dije que lo hago con gusto ¿cuàndo entenderas que no es ninguna molestia hacerlo? acaso no te das cuenta de lo mucho que extraño tu compañìa?-Mientras lo decìa bajaba su mirada y sus mejillas se teñìan de rojo.
Nuevamente me sentìa en la necesidad de aclararle a Jake que no era el momento, cuando de repente algo en el campo de mi visiòn me llamò la atenciòn.
Un volvo plateado, el coche màs nuevo y lujoso de por aquì.
Pero eso no era lo que me habìa distraido, sino sus ocupantes.
A gran velocidad y con una presiciòn imposible se estaciono en uno de los lugares del estacionamiento.
La puerta del piloto se abriò de pronto dejàndome verlo.
Era Edward Cullen.
Con una gracia indescriptible tambièn bajaròn los demàs.
Dos chicos uno enorme con cabello oscuro y el otro con el pelo rubio ambos escoltando a las dos bealdades a su lado.
A Alice ya la conocìa, pero a la rubia despampanante no.
Todos los demàs estudiantes los veìan pasar con la boca abierta.
El gruñido junto a mi, me sacò de mis ensoñaciones.
-Bueno, creò que me tengo que ir, nos vemos Jake.-Salì con una prisa repentina.
Entrè casi corrièndo a la oficina a firmar mi entrada.
Jessica ya estaba en su lugar.
-Hola Bella, buenos dìas...vì que estabas muy bien acompañada-Comentaba en plan de chisme.
-Si,emm Buenos dìas Jessica, me voy a mi clase, nos vemos.-Respondì cortante.
La lluvia caìa un poco màs fuerte, tenìa que fijarme bien por donde hiba, con mi suerte y mi prisa podìa resbalar y romperme algo.
Al llegar a la puerta del salòn ya me esperaban mis alumnos.
-Buenos dìas chicos...Hoy empezaremos con la lectura de uno de mis libros favoritos .."Cumbres Borrascosas"-dije un poquito emocionada.
Todos los jòvenes soltaròn un grito de desiluciòn por mi elecciòn de lectura.
Pero a ninguno hice caso, mi mirada inconciente viajo al lugar ocupado por el chico de misteriosa mirada.
Algo inusual habìa en sus ojos.
Al parecer me habìa equivocado por completo en su color.
Seguìan sièndo insoportablemente hermosos, sòlo que ahora no eran negros como la noche, sino dorados como el caramelo màs delicioso.
El murmullo de los demàs muchachos hizo que desviara mi vista por mi propia salud mental.
"NO ES CORRECTO, NO ES CORRECTO ...TU LO SABES!!"
La mano entusiasta de Alice cullen pedìa mi atenciòn.
-Señorita Swan, ¿puedo ayudarla a repartir los libros?-Su voz alegre y llena de emociòn era dificil de contener.
-claro señorita Cullen, gracias.
De inmediato se acerco a mi escritorio con la agilidad y elegancia que ya hubiera deseado tener una bailarina.
Tomò el altero de libros y los dividio en dos partes.
-Usted reparte a los de èste lado y yo los del otro ¿le parece?-sonreìa de una manera que no te atrevìas a negarle nada. Era hermosa y gentil.
Alice se encamino a realizar su trabajo mièntras yo caìa en la cuenta de que el lugar que tenìa que repartir los libros de texto, se encontraba èl.
Mis palmas empezaròn a humedecerse, por el nerviosismo.
"Isabella relajate, respira hondo...¿cuàntas veces has impartido clases a chicos de esta edad y no te habìas puesto tan ridìcula??"
Con estos pensamientos me dirigì a pasar los libros.
cuando lleguè a su lado, vi la tensiòn en sus antebrazos y manos.
Le extendì el libro para que lo tomarà, al hacerlo uno de sus dedos sin querer rozò mi mano, la caricia fue fugaz pero impresionante.
el chispazo electrico que sentì, me hizo detener mi corazòn la mirarlo a los ojos.
Fue maravilloso perderme dentro del mar dorado.
No habìa rastro alguno del frìo rechazo de las otras ocasiones.
Mi corazòn de pronto latìo desenfrenado con nuevo ìmpetu, lleno de... ¿esperanza?

Sonreì como tonta adolescente.
La comisura de sus labios se elevo, regalandome una sonrisa torcida, tan deliciosa que la archive en mi memoria como mi favorita.
El carraspeo de Alice, hizo que regresara a la realidad.

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EDWARD PVO
La nueva perspectiva a la que me enfrentaba el dìa de hoy, me hacìa sentirme alguièn diferente.
Emociones humanas que creì haber perdido, salìan a flote.
La ansiedad de volverla a ver y poder sentir su calidez, me hacìan sonreir involuntariamente.
Mis hermanos y padres me veìan con asombro y duda.
"¿se habra vuelto "chiflado"? jamàs lo habìa visto asì...tan de buenas!!" -pensaba Emmett
-Edward te sientes bien?? Es que la energìa que transmites es algo raro en ti.
" puedo asumir que es como si estuvieras enamorado o algo asì!!"-Lo ùltimo lo pensaba angustiado Jasper.
-Solo esta enamorado...dejènlo en paz!!-Soltaba de pronto Alice sonrièndo.
!!!QUEEEEE!!!
Dijeron todos a la vez que lo pensaban.
Por fortuna ya habìamos llegado al estacionamiento del instituto, por que si no, aùn con refejos vampìricos por tremenda noticia hubieramos ocasionado un accidente.
No quise responder a mis hermanos, rapìdamente baje del auto.
En sus mentes seguìan los cuestionamientos y en el caso de Rosalie hasta insultos, pero tratè de bloquearlos al verla a ella.
La furia de verla ahì, junto al lobo platicando tranquilamente, se apoderaba de mi.
Deseaba ir hasta ellos, y sacarla del peligro en el que se encontraba.
Esas asquerosas criaturas eran de lo màs volàtiles en cuestiones de temperamento.
Sabìamos a ciencia cierta que no eran de confianza.
Personas que se encontraban cerca de ellos habìan resultado heridas e incluso muertas a manos de ellos.
Pero tuve que contenerme, no podìa asustarla de ese modo.
Mostràndome ante ella, como lo que era...un mounstro que la protege de otro.
¿ademàs con que derecho?
¿quièn era yo en su vida como para decirle con quièn podìa salir o no??
NADIE...NO ERA NADIE!!
Mi muerto corazòn lo sentìa desgarrado.
Alice me sacò de mis pensamientos.
-Vamos a clase Edward!!-susirrò bajito.
El salòn ya se hayaba casi lleno, al parecer sòlo faltaban uno o dos estudiantes y ella.
"¿Que sera de ella èse perro?"
Al parecer cuando esta cerca de èl no puedo verla, simplemente desaparece!! Es muy frustrante!!-Se quejaba mi hermana.
Sus pensamientos lejos de tranquilizarme, me enfurecìan màs.
No dejaba de pensar en lo que le estarìa dicièndole al oìdo, o si la tocaba!!! Agggghh!!-el gruñido que saliò de entre mis labios hizo que mi compañero de a lado alejara su asiento por precauciòn.
De repente como si fuera la mejor de las alusinaciones apareciò en el umbral de la puerta.
Se veìa hermosa.
Estaba mojada por la lluvia, su cabello recogido goteaba pequeñas gotas de agua.
Se quitò gracilmente su impermeable, dejàndo al descubierto su fina silueta.
El aire que entraba por la puerta me llevò su exquisito aroma.
Era delicioso y ahora mezclado con el agua, lo hacìa un poco màs soportable, para mi juicio.
Saludo cortesmente a todos.
Los pensamientos insolentes y lujuriosos de los chicos me molestaban.
Pero tenìa que representar el papel màs humano posible.
Alice no dejaba de mandarme imàgenes de ella siendo amiga de la profesora.
"Edward puedo...por favor!!"
-No Alice, dèjala en paz!!-murmuraba a velocidad y volumen vampìrico para que sòlo ella escuchara.
"Pues no me importa lo que digas...alguièn tiene que dar el primer paso y ya que tù eres muy cobarde..."
-Señorita Swan ¿puedo ayudarla a repartir los libros?-Dijo sonrièndo mi hermana.
"Que diablos hacìa Alice!!"
Bella sonreìa gentil al mismo tiempo que le aceptaba la oferta.
La muy mañosa de Alice dividio el pequeño montòn de libros en dos.
Uno que ella entregarìa y el otro donde Bella me lo harìa llegar a mì.
"Podras darme las gracias despuès hermanito!!"
La profesora Swan espero un largo segundo, tomò algo de aire y empezo a repartir los libros.
Yo era el cuarto de la fila.
Cuando estaba cerca de mì. Su aroma y el calor que su cuerpo emanaba, me transtornaba.
Mi garganta se sentìa en llamas, mientras que la ponzoña en mi boca aumentaba.
El rocè de sus fràgiles y delicados dedos con mi mano al entregarme el libro, me sacò de balance.
Nuestras miradas se encontraròn sièndo yo absorvido por completo dentro de sus enormes espejos oscuros.
Me sentìa hipnotizado por ellos.
Su rubor incipiente me derretìa, mientras que su franca sonrisa iluminaba mi oscuridad.
Me sentìa dichoso!!
El carraspeo de Alice, me hizo centrarme en que no estabamos solos.
Pero eso pronto lo cambiarìa!!